Si jugamos con la imagen de la vida como un árbol
y damos por explicadas las raíces
y las ramas
y pasamos directamente a decir que las hojas son la gente
y no exprimimos demasiado la metáfora,
sólo comentamos que algunas se las lleva el tiempo,
que juntas son la sombra (amable, delgada, particular) que damos,
entonces
en ese brochazo
puede soprendernos
como un chaparrón
el horror de la soledad.
Lugar: Montseny – España