Así vemos la vida los mocos; esta foto me la mandó un colega que vive en la nariz de un escayolista.
Así podía haber sido el bosque que creció en mi cabeza cuando me contaron Garbancito, y no este oscuro y malo que arrastro para siempre.
Así fue en realidad la Rendición de Breda.
Así suena mi pecho cuando me acuerdo de ti.
Así tienen la lengua los gatos, las portuguesas y los cobardes.
Lugar: Pálmaces – España